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El Duende

    Hace mucho tiempo, estaba mi amiga Yenny en su casa, compartiendo una tarde familiar con su hermano y sus padres. Siempre destinaban ese día de la semana a estar juntos. Salían a almorzar y luego volvían a casa a conversar de su semana y acompañarse un rato. Claro, Yenny solía discutir con su hermano por diversos motivos, uno de ellos, sus juegos, en los que hacían mucho ruido en la casa.

    Aquel día, estaba Yenny con sus padres viendo una película en el primer piso de la casa. Estaban concentrados,  y de repente, escuchan un ruido. Algo cayó en el piso de arriba.

    Yenny y sus padres se asustaron tanto que dejaron lo que estaban haciendo. Yenny creyó que era su hermano menor y gritó: – ¿Qué pasa? ¿Qué travesura estás haciendo? Él no respondió, entonces subió a buscarlo y lo encontró en su cuarto, acostado en la cama y escuchando música con los audífonos.

    Yenny le habló reclamándole por lo que había hecho, pero él no se había enterado de lo sucedido. Yenny, sin creerle a su hermano, da media vuelta y sale enojada de la habitación para volver con sus padres a ver la película.

     

    Cuando comienza a bajar las escaleras escucha otra vez ruidos, esta vez desde su habitación. Se devuelve deprisa esperando atrapar a su hermano en el acto, pero ve que continúa en su habitación. No había forma que él estuviera en la habitación de ella.

    Yenny llega a su habitación y se encuentra con una sorpresa: Toda su habitación estaba desordenada, la ropa y sus zapatos estaban tirados por todo el suelo y la ventana de su habitación estaba abierta. Fue adonde estaba su hermano y le dijo: – “Esa broma no me gustó. No lo vuelvas a hacer”.

     

    Días después estaba el hermano solo en la casa haciendo sus deberes escolares y tomó un receso para comer algo. Se dirigió a la cocina para preparar un sándwich y acompañar con un refresco. Al volver a su habitación, escuchó una risa burlona y escalofriante de alguien que bajaba por la escaleras.

    Al llegar Yenny a su casa, encontró a su hermano bajo la cama totalmente asustado. Le contó lo que le pasó y lo tranquilizó hasta que llegaron sus padres y él les contó a ellos también. Creyeron que fue fruto de su imaginación.

     

    Llegó la noche. Estaban cenando todos juntos en el comedor cuando escucharon a alguien correr en el piso de arriba. Entonces todos subieron a investigar. Cuando estaban en la habitación de Yenny, sin explicación y sin nadie más estar allí, se empezaron a levantar lentamente unos libros que tenía Yenny en una mesa y algo los arrojó con fuerza.

    La familia corrió despavorida y salió de la casa en el auto hacia la casa de un familiar. Una vez allí, él les recomendó un amigo conocedor de estos temas para que hiciera un conjuro en la casa. Yenny y su familia, sin saber qué hacer, siguieron el consejo.

     

    Al día siguiente, Yenny y su familia fueron a la casa acompañados del hombre recomendado. Fue una escena muy dura. Durante el rito se esparció la casa con agua bendita, las paredes se rasgaban y se escuchaban gritos espeluznantes que no se sabía de qué lugar de la casa provenían, mientras se recitaba el conjuro (que Yenny prefiere omitir).

     

    Los días pasaron y Yenny y su familia habían dejado atrás los incidentes ocurridos e intentaban continuar con sus vidas, hasta que una noche cenando juntos, escucharon una risa burlona que todos identificaron.

     

    El Duende es un ser ancestral, un ángel exiliado. Le gusta jugar con sus víctimas, atemorizarlas y seguirlas donde vayan. Las acciones para desterrarlos muchas veces son inútiles.

    Yenny me contó esta historia y yo vengo a contártela a ti.