Camilo era un mujeriego, un hombre mundano que no respetaba sus relaciones y solía tener varias mujeres, no estaba contento con sólo una. Sin embargo se interesó en una joven llamada Paula. Estuvo tras ella por varios meses y al fin Paula decidió iniciar una relación con él.
Pasó un tiempo y Paula empezó a notar cambios en la actitud de Camilo. Llegaba tarde, no sabía nada de él durante días y estaba muy misterioso.
Esto sin duda despertó sospechas en ella: seguro estaba en andadas que no le gustaban y decidió investigar por su parte qué pasaba.
En su búsqueda, encontró una chica que Camilo también frecuentaba en un barrio cerca a donde él vivía. Era una mujer que él también había logrado engañar, llenando de rabia a Paula y por eso ideó un plan.
Las dos se pusieron en contacto, ambas engañadas por Camilo y le cuenta su idea: Una de ellas lo citará a un lugar escondido y le van a dar el susto de su vida.
Durante los siguientes días, las mujeres que estaban siendo engañadas, disimulaban muy bien ante Camilo. Claro, hacía parte de su plan y él no podía ni sospechar de las mujeres y lo que tramaban.
Mientras tanto las dos mujeres, Paula y la otra mujer engañada, estuvieron organizando todo para llevar a cabo su plan de venganza. Ya tenían el lugar del evento: era apartado, el ambiente perfecto para un gran susto y daba rienda suelta a la imaginación de las mujeres. Por otro lado, la amiga de Paula, con la que ideó el plan, era la encargada de hablar con Camilo y convencerlo para que asistiera a la cita. Le prometía una gran noche, y él seguramente no iba a negarse.
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Llegó el día en que las tres mujeres iban a dar una lección de vida. Tenían todo listo, sólo les faltaba que llegara la noche, y Camilo. Le esperaba su peor noche y no tenía ni la menor pista de ello. Cayó redondito.
Ya en la noche, Camilo no se comunicó con ninguna de sus novias y decidió apagar su celular. Salió de su casa y fue a despejar la mente jugando billar con sus amigos y tomar un par de cervezas. Estaba listo para lo que creía que venía.
Ellas estaban nerviosas, ya era la hora. Habían ensayado y no querían fallar, pero estaban alerta para emprender su plan. Se escondían en una vieja casa, que era más ruinas que cualquier otra cosa.
Paula fue la encargada de citar y encontrarse con Camilo. Una vez él llegó, lo llevó al lado de un camino desierto, en el que no más se veían árboles y pasto alto. Él no opuso resistencia. Caminaron un poco, hasta que se alejaron tanto del camino que ya no estaba a la vista ni las luces que alumbran el camino. Estaban cerca a la casa, donde la otra mujer supuestamente los esperaba para continuar su plan.
Camilo para de repente y le pregunta a Paula, ¿que fue eso, lo viste? Ella gira extrañada y le dice “No vi nada, no inventes, ¿me vas a decir que te arrepentiste?” Ella no iba a permitir que su plan fracasara. Siguieron caminando un poco más… Ya estaban llegando a la casa. Camilo alcanzó a ver que había luz de velas y se empezó a emocionar, pero algo pasó.
Paula y él, escucharon unas cadenas arrastrándose sobre el piso. Vieron un perro grande que las llevaba, con ojos de candela, y al lado una mujer cubierta de sábanas largas y rasgadas, su cabello revuelto y su cuerpo esquelético mostraba mucho tormento. Entonces los miró con sus ojos enormes y se les acercaba…
De nuevo Camilo dijo: “¿Qué es eso? ¿Qué me vas a hacer? Si me pasa algo la pagas”.
Invadido de pavor, se fue corriendo lo más rápido que pudo. Paola, también estaba muy asustada, lo único que hizo fue llamar a su amiga y correr hacia la casa sin escatimar.
Cuando Camilo empezó a correr, huyendo, la mujer soltó un gran llanto que paralizaba a cualquiera, pero él estaba demasiado asustado como para reaccionar de otra forma. Aquella mujer, esquelética, lo empezó a perseguir junto a su perro y se perdieron entre los árboles.
Paula no encontró a su amiga, le gritó y no obtuvo respuesta. No la vio en la casa, y pensó que al ver a aquella mujer espantosa, huyó y se escondió. Entonces, con un poco de optimismo, se internó en el bosque a buscarla.
Pasó un rato y escuchó de nuevo el desgarrador llanto de la mujer seguido de los ladridos del perro. Su intuición le decía que su amiga estaba en peligro y tenía que luchar contra el terror por lo que acababa de ver y oír. Así que se dirigió al lugar de donde provenían aquellos ruidos del infierno.
Paula se acercaba más, escuchaba gritos y pensó que era su amiga que pedía ayuda, pero cuando llegó encontró a Camilo en el piso, completamente pálido y en estado de shock. Al lado estaba ella, su amiga.
La Llorona es una mujer con una historia fatal. Anda con un perro encadenado, de ojos grandes y persigue hombres infieles y que les gusta el juego.
De todas formas, Camilo tuvo su lección, dejó todo atrás y perdió contacto con las mujeres de esa noche.