Halloween Kills es continuación de la película Halloween de 2018, la primer película de esta trilogía que nos dejó al final un buen sabor de boca por lo hecho por Laurie (Jamie Lee Curtis), que a pesar del trauma generado a partir de su primer encuentro, logró plantarse firme ante Michael Myers.
Satisfechos porque Laurie cumple su objetivo, Halloween Kills, desde el principio se las arregla para bajarnos de esa nube y no permitirnos por lo menos apreciar un rayo de esperanza en la derrota de Myers. Así, la película muestra a un Michael Myers aún más imponente apoyado de una fotografía generosa.
Tenemos claro desde la película de 1978 que Myers es prácticamente una máquina despiadada. La película pretende elevar su estatus a un nivel de súper humano, con gran fuerza y resistencia superior. Hay escenas que se ubican en lo absurdo y nos hacen blanquear los ojos, sin embargo no desmerita lo suficiente para hacernos parar y dejar de verla.
Del lado de Laurie, individualmente no hay mucho desarrollo físico ni emocional, ya que se le deja a un lado para dar indicios de la dualidad que existe con su hija Karen (Judy Greer) y Allyson (Andi Matichak) y sus personalidades heterogéneas, que si bien ambas se encuentran con Myers, su resolución es diferente.
De eso se trata Halloween Kills, de ubicar a Michael Myers como engranaje principal que se hace presente frente a todo el pueblo, con el trauma generalizado que lo impulsa a actuar. Por lo tanto, su comportamiento como colectivo es tan errado que parece una intención del guión para causarnos molestia y justificar a Myers.
La película dedica tanto tiempo a la histeria colectiva y a la situación causada por Myers que constantemente estás esperando que salga a escena y encamine las acciones del pueblo, que produce decepción porque esto nunca pasa, aunque se asume la crítica social. Por si fuera poco ese desacierto, se presentan algunos personajes que no aportan nada en la trama y como llegaron se fueron.